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jueves, 30 de junio de 2011

Pelambres...

Las amigas ayudan, orientan, apoyan, escuchan, protegen, animan, nadie habla de que también juzgan a las espaldas. Pero sucede sobre todo cuando son parte de un grupo, siempre se comenta de la que no está. Sin embargo, poner al día o dar opiniones de lo que está haciendo la otra no es malo, a menos que sea en su contra, cuando hay una doble intencionalidad por celos, envidia, rencor, desconfianza es grave. Porque las amigas no debieran sentir algo así, ni deberían juzgarte a tus espaldas, si tienen algo que criticar lo deberían hacer de frente, porque es obvio que no tienen que aplaudir todo lo que uno hace, pueden estar en desacuerdo pero no por eso pueden juzgarte, porque para eso está el resto de la gente, no tus cercanos.

Dueños de tu verdad

¿Qué sentirán los famosos cuando las personas hablan de sus vidas y sentimientos como si estos fueran expertos y grandes conocedores del tema? ¿Qué pensarán cuando ven su vida en la tele? ¿Puede un extraño saber más de sus vidas que ellos mismos? ¿Cuánto de lo que se dice será verdad?

Está claro que no hay que ser famoso para que hablen de nosotros. Uno como simple mortal puede ser tema, porque así como es imposible no comentar de otros, a esos otros también les resulta imposible no comentar de uno. Pero es incomodo saber que hay quienes creen que manejan nuestra vida a la perfección, porque eso no es así, aún cuando nuestras palabras sean testigos de lo que afirman, no significa que comprendan o dimensionen de lo que hablamos. No hay que olvidar que entre las palabras y la interpretación de estas puede haber un gran desvío, además hay que considerar que uno cambia de opinión y a veces habla sin pensar…

En ocasiones se da el pie para que comenten de uno y eso es abrir una puerta difícil de cerrar. Pero al mismo tiempo es difícil guardar silencio, aunque es lo mejor, a menos que se desee escuchar cómo hablan y juzgan tus relaciones, tu familia, tus amigos, etc. O a menos que se sepa que se le habla a alguien realmente de confianza, alguien que quiere lo mejor para uno como por ejemplo una amiga/o.

Nadie tiene derecho de juzgar, menos aún cuando no se trata de ellos, cuando es un asunto que no les incumbe porque lo que saben es tan solo lo que creen saber, es decir, no saben realmente de lo que hablan, son solo impresiones.

Es sorprendente y revelador percibir cómo los otros te ven sin saber que los ves…

domingo, 19 de junio de 2011

Olvidos...


A veces ese amor que se busca, que se pide y necesita, no es un amor inalcanzable, es un amor que está y siempre ha estado, pero que solo necesita que lo recuerden, para que vuelva a encantar, hacer suspirar, sonreír y valorar todo lo que se ha construido en su nombre.

sábado, 18 de junio de 2011

Inseguridad → necesidad = expectativas


Hay algunas mujeres que son muy inseguras y necesitan que su pareja les demuestre día a día lo mucho que las quieren. Es decir, necesitan saberse y sentirse queridas.

Alguien así necesita saber que siempre podrá contar con quien eligió para estar con ella, que él vendrá de donde esté y a la hora que sea por ella, para alegrarla, regalonearla, acompañarla o simplemente verla. Necesita saber que la protegerá de todo lo que le haga daño. Necesita escuchar de él hermosas palabras, palabras que luego se le demuestre con acciones. Ella necesita sentir esa sensación de que quien es su compañero, siempre la querrá ver y hablar con ella, porque necesita sentirla cerca, por eso mismo a penas haya tiempo la buscará para poder reunirse, porque a él le gusta, disfruta y quiere pasar el mayor tiempo en su compañía. Necesita tener la seguridad y la confianza de que es una prioridad, que es lo más importante para él. ¿Pero para qué lo necesita? Para poder demostrar lo mismo, para poder querer sin miedos, para poder ser feliz, para saber que es plenamente correspondida y que su pareja está tan atado de ella como ella de él. ¿Cuál será el motivo de tanta inseguridad? Debe haber muchas razones que lo explican y lo traducen en una necesidad de amor, donde lo que quiere no es solo un capricho. Por eso sus expectativas están estrechamente relacionadas con sus necesidades. Lo que necesita es justamente lo que anhela y desea para poder sentirse segura.

Ahora ¿qué pasa cuando su pareja no puede hacer frente a lo que necesita y sueña? Es sin duda un problema que le incumbe a ambos. Ella para solucionarlo puede tratar de evadirlo y conformarse con lo que recibe, porque sabe que sus propios temores no son culpa de su pareja, pero ¿qué hace si aún siente que le falta algo? ¿Qué pasa si quien ama nunca la podrá amar como ella quiere y lo necesita?

...


A veces el transcurso del tiempo en vez de unir cada vez más y agrandar un sentimiento, solo da cuenta de un distanciamiento de lo que era antes y lo que es ahora. Pero no es culpa del tiempo, sino de lo que se hizo mientras este pasaba y desencadenó que el sentimiento fuera desapareciendo. ¿Qué hacer cuando ya no es lo mismo? No lo sé, nunca nada es igual a ayer, el ayer ya no existe, eso es normal, pero los sentimientos no se esfuman de un día a otro… si hoy no son iguales que antes es porque seguramente poco a poco fueron marchitándose. Quizás quien era el protagonista de tus ilusiones no logró entregarte el cariño que necesitabas. Tal vez el tiempo marcó más las diferencias, intensificando lo lejos que estaba de lo que esperabas… o puede ser que simplemente tu quieres algo distinto y estar con él significa renunciar a todos esos sueños.

martes, 14 de junio de 2011

Patología de la normalidad


A veces la presión de cumplir con tareas, trabajos y pruebas junto con tener vida es agotador. Es el choque constante de dos mundos, el del querer con el del deber. Estar corriendo contra el tiempo para alcanzar a hacer todo lo que estuvimos posponiendo, es cansador. Pero es lo normal. El problema es cuando se está contra el tiempo y las cosas comienzan a salir distintas a cómo lo habíamos previsto, o sea como todo un desastre, comenzando a aparecer mil obstáculos que nos dificultan cumplir lo que necesitamos. Esto se traduce en un razonable malhumor. La preocupación de salir bien librado de todo nos vuelve impacientes, intranquilos, alterables, irritables e irascibles. Estamos susceptibles a cualquier discusión y lo absurdo es que si peleamos seguramente estallaremos en llanto, porque nos da pena no poder manejar una situación y que todo parezca estar en nuestra contra. Lo peor que puede pasar en estos casos es que uno se taime y mande todo a la mierda. Pero para que eso no ocurra, tan solo se debe dar un profundo respiro y distraerse un momento, calmarse y reorganizarse.

En todo caso si uno piensa bien esta situación, es aterrador del hecho de que algo impuesto se transforme en una prioridad que interfiera en nuestra vida, ejemplo las notas. Pero así como estás, hay muchas más cosas que el sistema implanta para que persigamos, que la verdad no tienen mucho sentido porque no entregan nada trascendente.

En conclusión el estudiante tiene poco tiempo para dormir, comer, vivir y reflexionar para que en un futuro le pase lo mismo en el trabajo, porque así es la vida “normal”, te aleja de la felicidad y de aquello que se desea porque no suele ser rentable, ni practico para la realidad. El tema de no tener tiempo, es un gran tema, porque si bien uno se hace el tiempo para disfrutar, ese tiempo “perdido” se debe recuperar o nos pasa la cuenta, de aquí se desprende la transformación de trabajar para vivir y vivir para trabajar. Es algo lamentable, porque si no hay tiempo para lo que hay que hacer y lo que realmente se quiere hacer, menos hay tiempo para soñar…

lunes, 13 de junio de 2011

El que más quiere...


En una relación siempre suele haber uno que quiere más, es casi que “normal”. Pero cuando esa diferencia se siente demasiado profunda hay diversos problemas… aquel que se siente casi en deuda porque se hayan fijado en él y más que agradecido de estar con quien deseaba, hace todo por mantener la relación, muchas veces guarda en silencio lo que necesita, lo que le molesta y solo se conforma.

Esto no solo tiene un problema directo de insatisfacción, de vulnerabilidad y sometimiento, sino que inconscientemente también hay perdida de espontaneidad con la pareja, dejando de ser cómo realmente se es, porque se siente que debe estar agradándolo todo el tiempo… Pero eso no debe ser así, uno debe ser cómo es, debe valorarse ante todo y al que le gusta bien y al que no también.

Si el que queremos no nos sabe apreciar, tarde o temprano llegará uno que si lo sabrá hacer, con el que se pueda actuar con naturalidad, sin cuestionar, ni pensar tanto, con el que simplemente se podrá hacer lo que te nace, sin barreras. Porque se sentirá la confianza de no tener que andar demostrándole nada a nadie, ya que te querrán tal y cómo eres, con defectos y virtudes. Por eso mismo, no tienes porque acatar nada en extremo, ya que tú también podrás dominar, convencer y hacer que el otro ceda.

En una pareja no solo tiene que haber un dominante, puede perfectamente ser algo reciproco o rotativo, porque pertenece a dos personas que eligieron estar juntas. Por ende ambos se entregan a la relación aceptando ceder en petición del otro, porque su propósito es ser feliz a medida que hacen al otro feliz.

sábado, 11 de junio de 2011

Detrás de una lágrima


Siempre hay motivos para llorar, siempre hay algo que nos angustia, una separación o distanciamiento, una decepción, una pérdida, una herida que vuelve a doler o una nueva que se cobijó en nuestra alma… pero no hay que olvidar que siempre también, hay motivos para sonreír, solo hay que saber verlos y valorarlos.

La tristeza es parte de la vida, todos sufrimos porque suceden cosas que no queríamos. Sin embargo, todos superamos y enfrentamos de forma distinta esa pena, algunos buscamos apoyo y consejo con los cercanos, otros se las arreglan por si solos. Los que recurren a alguien lo pueden hacer buscando diferentes cosas, según lo que cada uno necesite para que se le suba el ánimo. Hay quienes necesitan bajarle el perfil a lo que les causa esa tristeza, otros necesitan engrandecer su imagen ante la tempestad de su alrededor y por último, están aquellos que necesitan consuelo, que los compadezcan y que les den mucho cariño.

jueves, 9 de junio de 2011

La rutina


En general la rutina siempre es mirada como algo negativo, como una propiedad de la sociedad capitalista que te aprisiona convirtiéndote en un esclavo del trabajo principalmente, sin dejarte hacer lo que realmente quieres, cuándo y cómo quieres, causando un gran malestar entre las personas. Sin embargo, no para todos la rutina es una tortura. Al contrario, para algunos es la forma de organización que les proporciona tener un control de las situaciones, al ser ya conocidas, les da una estabilidad y tranquilidad. De hecho los cambios que modifican esa rutina, los pone en una situación incómoda, los descoloca, no saben qué hacer, ni cómo reaccionar, siendo invadidos por el pánico. Lo improvisado, el hacer nuevas cosas, no está contemplado en su forma de pensar, todo debe ser por una línea recta sin desvíos, como debería ser y cómo siempre ha sido.

El miedo a salir a la rutina, tiene que ver lógicamente con acostumbrarse a seguir un patrón al que se quiere aferrar de manera consciente o inconsciente. Pero esto tal vez no solo se aplique a situaciones, quizás también ocurre con el plano de lo afectivo, donde se puede ver reflejado con el miedo que les da dejar ir personas importantes en su vida, justificándolas de cualquier error o daño que les puede hacer, porque por ejemplo, quien siempre ha sido su amigo si dejará de serlo, es un cambio que no sabrían cómo enfrentarlo, no conciben vivir una realidad diferente a la que tienen y no tener a su lado a quien siempre ha estado.

Es paradójico que mientras algunos mueren por romper la rutina que impone la sociedad, es decir quieren liberarse de las normas expuestas por el exterior. Otros en cambio, escojan autoimponerse un camino fijo que seguir. Es curioso… quizás sobredimensionan lo que implica un cambio. Pero es que un cambio, no deja de ser una reestructuración...

domingo, 5 de junio de 2011

¿Cuál es la peor ilusión de los cuentos de hadas?

-Te hacen creer que existe el hombre que te sabrá querer y te podrá hacer feliz por siempre.

Hoy seré generalizadora…

¿Cómo podemos pretender que un hombre entienda lo que es querer? Si mientras nosotras jugábamos con cosas tiernas y rosadas, los hombres disfrutaban de lo feo y lo violento. Mientras nos creíamos princesas queriendo un eterno final feliz junto a un príncipe ideal, ellos veían monitos de sangre y acción… mientras nosotras tenemos sentimientos profundos, escuchamos música romántica y vemos películas de amor, ellos ríen de estupideces y persiguen una pelota… Estas diferencias de género nunca cambian, siempre existirá un abismo entre la simplicidad extrema del hombre y la complejidad de la mujer.

Si uno lo mira así, es absurdo esperar que exista un hombre que sepa amar, comprender, escuchar y valorar a una mujer. Ellos no piensan lo que dicen, no se dan cuenta cuando hieren, no saben cuando callar, no saben cuando queremos un abrazo, no saben nada… Lo más estúpido es que una (siendo hetero) se sigue fijando en ellos, quizás por una actitud algo masoquista o tal vez, es el mismo hecho de que queremos aferrarnos a la esperanza de que llegue ese distinto, aquel que no esté determinado totalmente por el género, aquel que realmente se preocupe y se dedique a su amor, que no tan solo proyecte una imagen falsa mientras es la etapa de conquista, para que después todas sus palabras se pierdan en el olvido y uno quede presa de la decepción.

Las mujeres necesitamos que día a día nos demuestren que nos aman, que se desviven por nosotras, queremos que nos consientan y escuchar dulces palabras, deseamos también sabernos deseadas y hermosas, entre muchas otras cosas. Parece ser que ambicionamos mucho… o quizás nosotras mismas somos las culpables que validamos la excusa del género, como impedimento natural a cambiar, siendo por ende nosotras la que dejemos de lado nuestras expectativas para ceder a algo más simple.

“Tal vez sea hora de dejar claro quién soy yo. Yo soy alguien que busca el amor... amor de verdad, ridículo, inconveniente, arrollador. Eso de no poder vivir sin la otra persona" Carrie Bradshaw