¿Cómo reconocer un amor enfermo?

Hay amores que destruyen, que hacen daño, que de amor no tienen nada. Estos "amores" están llenos de maltratos, mentiras , engaños, faltas de respeto y humillaciones, que se aceptan como algo relativamente normal, como algo que forma parte del amor y que se aguanta en nombre de éste. Pero el amor no es eso, si bien es cierto que el amor te hace hacer locuras y es irracional, aceptar cosas así, es enfermo. Creer que una relación que cobija esas características es amor, es una estupidez.

El cariño se puede expresar o demostrar de muchas maneras. Pero el pasar a llevar constantemente al otro, no es una forma de demostrar afecto. Sin embargo, hay quienes creen que si, pues se obsesionan a tal magnitud que no logran distinguir lo que está bien y lo que no, están completamente cegados porque tienen tantas ansias de recibir un poco de cariño, atención e interés, que a cambio de tener una pizca de eso son capaces de pasar por alto todo lo malo, para así conservar su supuesto amor a cualquier costo.

Es fácil detectar a alguien obsesionado, pues manifiesta una especie de fanatismo, idealización y alabanza hacia alguien que se transforma en un objeto de devoción, quien le da paz y tormento, pasión y dolor, alegría y lamentos, se convierte en su torturador y salvador. A un nivel exagerado comienza a vivir en torno a él, en función de él , le acepta cualquier cosa, lo disculpa y excusa de todo, porque para el obsesionado, la persona deseada es lo mejor que existe y lo más importante que tienen, por eso quiere estar junto a él/ella.

Alguien obsesionado es incapaz de reconocerse como tal, pues tiene una distorsión de la realidad, confunde lo que son las penas de amor o desamor, con el daño que recibe. Una persona así no se valora a si misma, por eso deja que hagan de ella lo que quieran, genera una dependencia y necesidad para cubrir carencias afectivas. Además se aferra a la idea de que tiene un cuento ideal. Por lo que es prácticamente imposible hacerla entender que no es así, no escuchan, son obstinadas, se niegan a mirar la realidad, no quieren despertar de su ilusión, porque seguramente en su interior saben que están mal enfocadas.

Las personas que aceptan un maltrato son casi que masoquistas, pues van hacia al dolor empujadas por su obsesión, lo que les dificulta dar vuelta la hoja, ya que si logran alejarse de quien les hace mal, tratarán de remover una y otra vez el pasado para revivir los momentos, pues no quieren dejar que la historia se acabe, ya que sienten que sin el o ella no puede vivir. Creándose así una historia sin fin, que no acabará mientras se mantengan unidos un obsesionado o sometido y alguien que se aproveche de él.