lunes, 26 de noviembre de 2012
miércoles, 14 de noviembre de 2012
Caminos...
En
soledad puedes conocerte a ti misma,
desarrollarte, demostrarte de lo que eres capaz, puedes ampliar tus horizontes,
conocer más posibilidades, enriquecerte de más experiencias, tener más mundo,
probar más opciones. Sin embargo, en pareja
igualmente puedes crecer, solo que de una manera distinta. Siendo alentada
y apoyada en cada paso que das.

Pero
hay un problema que se da con tanta independencia
y autosuficiencia, te acostumbras a pensar solo en ti, en
satisfacer solo tus necesidades y a tener el control de todo, de tu rutina, de tus
horarios, de tus maneras o formas de hacer las cosas. Con esa visión de mundo,
es factible que termines viendo la idea de una pareja como un simple accesorio
que incomoda y limita más de lo que aporta, pues te olvidas de lo que es ceder
y amar. Difícilmente encontrarás a
alguien que te permita no ceder en nada y poder hacer siempre lo que tú quieras…
aunque los hay, pero dudo de qué tan feliz se puede llegar a ser con una
relación así, donde no hay un interés mutuo.
Todos
tienen distintas prioridades, y por eso mismo no puedes imponer tu forma de vida
a otros, pues todos tienen el derecho de elegir cómo viven y es válido.
viernes, 2 de noviembre de 2012
Problema de códigos

Hoy después
de tantos encontrones, decepciones y rupturas amistosas, creo que vivir la
amistad entre mujeres sin trazar códigos
no tiene futuro, porque tarde o temprano habrá problemas, enojos, y como mínimo
alguna terminará sentida. Si queremos
entendernos, tenemos que hablar sobre lo que necesitamos de ella, de las
actitudes que esperamos y de las que nos parecen inaceptables. Si callamos, nuestra amiga no tendrá forma de
saber cuáles son las investiduras que le hemos colocado, no es adivina.
Hay que
tener claro que por mucho que consideremos a alguien como nuestra amiga, no
podemos exigirle algo de lo que nunca hemos hablado, no podemos pedirle lo que
nunca hemos hecho por ella y no podemos hablar de un compromiso que nunca se ha
acordado. Y lamentablemente no podemos esperar que ella haga lo que tú harías
por ella… y creo que eso último es lo que más duele, sentir que no es recíproco,
sentir que no han valorado nada, sentir que no hablan el mismo idioma, sentir
que eres siempre la que entrega más…
La
amistad es ciertamente un compromiso, pero no es un compromiso evidente, es un
compromiso que se da por consensos, que se pone a prueba con nuevas situaciones
que se van conversando, archivando y según la coincidencia de puntos de vista
se va acercando o distanciando. Quizás es tonto fijar los marcos a cada instante
pero me he dado cuenta que es necesario, pues día a día se ponen en juego…
Tal vez
inconscientemente creemos que está de más hablar sobre lo que es evidente para
nosotros, damos por hecho que las cosas son así, por lo que simplemente a nuestra
amiga le debería nacer actuar de tal manera, más aún si nosotros actuamos así
con ella. Pero las cosas no ocurren así, para bien o para mal nuestras amigas
no tienen por qué compartir nuestras cláusulas si no se las hemos mencionado.
La
comunicación es la base del entendimiento. Es lo único que puede dejar todo claro,
lo que nos permite saber hasta dónde contamos con el otro, hasta dónde me puedo
mover y cuál es el suelo que piso. No se
trata de reglamentar la amistad, ni de obligar a la otra a asumir cosas que no
quiere, es solo saber cómo es tu amiga y qué tan involucrada le interesa estar
contigo.
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