
Hoy después
de tantos encontrones, decepciones y rupturas amistosas, creo que vivir la
amistad entre mujeres sin trazar códigos
no tiene futuro, porque tarde o temprano habrá problemas, enojos, y como mínimo
alguna terminará sentida. Si queremos
entendernos, tenemos que hablar sobre lo que necesitamos de ella, de las
actitudes que esperamos y de las que nos parecen inaceptables. Si callamos, nuestra amiga no tendrá forma de
saber cuáles son las investiduras que le hemos colocado, no es adivina.
Hay que
tener claro que por mucho que consideremos a alguien como nuestra amiga, no
podemos exigirle algo de lo que nunca hemos hablado, no podemos pedirle lo que
nunca hemos hecho por ella y no podemos hablar de un compromiso que nunca se ha
acordado. Y lamentablemente no podemos esperar que ella haga lo que tú harías
por ella… y creo que eso último es lo que más duele, sentir que no es recíproco,
sentir que no han valorado nada, sentir que no hablan el mismo idioma, sentir
que eres siempre la que entrega más…
La
amistad es ciertamente un compromiso, pero no es un compromiso evidente, es un
compromiso que se da por consensos, que se pone a prueba con nuevas situaciones
que se van conversando, archivando y según la coincidencia de puntos de vista
se va acercando o distanciando. Quizás es tonto fijar los marcos a cada instante
pero me he dado cuenta que es necesario, pues día a día se ponen en juego…
Tal vez
inconscientemente creemos que está de más hablar sobre lo que es evidente para
nosotros, damos por hecho que las cosas son así, por lo que simplemente a nuestra
amiga le debería nacer actuar de tal manera, más aún si nosotros actuamos así
con ella. Pero las cosas no ocurren así, para bien o para mal nuestras amigas
no tienen por qué compartir nuestras cláusulas si no se las hemos mencionado.
La
comunicación es la base del entendimiento. Es lo único que puede dejar todo claro,
lo que nos permite saber hasta dónde contamos con el otro, hasta dónde me puedo
mover y cuál es el suelo que piso. No se
trata de reglamentar la amistad, ni de obligar a la otra a asumir cosas que no
quiere, es solo saber cómo es tu amiga y qué tan involucrada le interesa estar
contigo.
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