Quien en vez de proteger, eligió dañar lo que construyó, tuvo en sus manos la continuidad de su relación. Una relación y un amor que no supo valorar a su debido tiempo... En cambió quien recibe esa equivocación se ve obligada a ver como su felicidad se desvanece por culpa de quien ama…
En una relación cuando te hieren, evidentemente no te piden permiso ni es con previo aviso, alguien decide por ti olvidando el sufrimiento que ocasionará y las consecuencias de sus acciones al dañar su compromiso.
Cuando te pasan a llevar, cuando te rompen el corazón, te dejan sin opción de continuar, te obligan a asumir un quiebre que no se escogió pero es inevitable, pues con dolor, desconfianza y decepción no se puede seguir amando. Aunque la verdad es que si se puede, el problema es que no se puede seguir construyendo algo sin sanar las heridas. Pero el sentimiento continúa porque siempre ha estado y nunca se quiso dejar de sentirlo, nunca se eligió privarse, apartarse u olvidarse de él. Sin embargo, no por eso uno puede cegarse, ya que el amor de uno no basta, una relación se construye con el compromiso de dos personas y cuando una de ellas comete un error, repercute en ambos y pone en riesgo todo lo que han formado juntos.
Pedir perdón no borra las heridas y el arrepentimiento no borra la angustia. Quien no quiere herir piensa antes de dañar…
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