
No puedes vivir resignándote con lo mínimo, si bien puedes
llegar a acostumbrarte jamás serás completamente feliz, necesitas más y lo
sabes. No puedes permitirte que te traten
como no quieres, y para eso primero que todo tú debes darte el lugar que
mereces, debes ser consiente de tu valor, solo así no dejarás que te pasen a
llevar y serás capaz de exigir.
Si las actitudes de tu pareja te hacen daño y no
tienen una justificación. Si él tiene en sus manos hacerte feliz y simplemente
no le nace hacer algo por ti, es un problema sobre todo si no se trata de
pedirle grandes cambios o imponer obligaciones inalcanzables, si tan solo quieres
que demuestre el mismo interés que tú sientes por él y es incapaz de
entenderlo. A veces olvidas la importancia de tus demandas pues es tanto el nivel de dependencia y la costumbre que experimentas con tu pareja que finalmente haga lo haga siempre estarás con él. Además no pierdes la esperanza de que ese pasado ideal que compartieron años atrás pueda repetirse en un futuro. Pero es difícil que ocurra, ya no son los mismos de antes, las cosas cambiaron y lamentablemente en el camino hubo bastantes heridas de las que es casi imposible sobreponerse, pues recomenzar desde cero no se puede.
Ceder es normal, es por un bien común pero no puedes
ceder tu felicidad a cambio de la compañía de alguien que solo piensa en si
misma, no puedes mantener tu sola una relación y por mucho que lo quieras no
puedes estar siempre perdonando sus errores, más si aún si estos implican que
no te valora.
En una relación seria y estable con proyecciones
necesitas saberte una prioridad para el otro, necesitas esa dedicación y cariño
que solo te puede brindar la persona que amas. Una relación requiere trabajo,
no es fácil mantenerla por eso mismo uno se compromete a cuidarla. Pero algunas
personas olvidan eso, creen que tan solo basta un dulce gesto en el principio y sola
se extenderá en el tiempo… no es así, menos aún cuando está trizada y no se hace
nada para ayudarla a cicatrizar.
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