No vivimos solamente en el mundo natural sino que también en un mundo más trascendente que es el mundo mental-espiritual. Estamos insertos queramos o no, sabiendo o no, en una realidad simbólica donde los significados no existen concretamente y sin embargo ahí están. Si aceptamos que las palabras no son palpables y que existen, no podría suceder lo mismo con Dios?
No hay comentarios:
Publicar un comentario