La rutina y la costumbre pueden unir pero también distanciar. En algunos casos puede hacer que dos personas permanezcan juntas solo por la estabilidad que llegaron a construir. Pero no para todos eso es suficiente, cuando la emoción desaparece…
Es complicado mantener una relación por mucho tiempo. Es realmente difícil conservar el encanto de un principio, porque el desgaste de la rutina es un gran oponente, que a veces te hace olvidar por quién se agita tu corazón y a quién adoras. Olvidas lo importante que es tu pareja en tu vida.
Cuando ya no hay nada nuevo que conocer salvo pequeños detalles, cuando parece que no hay más nada que hacer, cuando siempre es lo mismo una y otra vez, cuando se cree que ya no hay nada más que entregar, sin querer se puede dar paso al aburrimiento, se puede incluso sentir que no vale la pena el sacrificio (de tiempo), a cambio de lo que ganas al estar con esa persona. Y eso si que es un problema… que puede causar que el amor acabe, si es que no se vuelve a valorar a tiempo a quien tienes a tu lado.
El amor no se mantiene solo por costumbre, se mantiene porque hay dos personas comprometidas a amarse día a día, porque se eligieron mutuamente para estar juntas y así ser felices. Quisieron compartir sus vidas, involucrarse en las penas y alegrías del otro. Quisieron entregar su corazón para aprender a amar y ser amado.
A medida que pasa el tiempo el entusiasmo va disminuyendo, es como cumplir un sueño, cuando recién se logra hay un peak de felicidad y luego va descendiendo. En las relaciones pasa algo similar, sobre todo porque mientras más transcurre el tiempo se cobijan más discusiones aunque estén resueltas, nuevas expectativas y se es más consciente de los defectos del otro. Todo eso va nublando la alegría, es normal. Sin embargo, si se quiere seguir adelante con la relación hay que recordar los bellos momentos, hay que tener la disposición a cuidarla y reencantarla cada cierto tiempo.
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