Esta película me hizo recordar a una niña que actuaba similar a la protagonista, no demostraba lo que sentía por temor a ser herida, una muestra de afecto era una muestra de vulnerabilidad, de debilidad. Sin embargo, detrás de su coraza de frialdad igual existía el dolor y la tristeza, que cargaba en soledad. Con el paso del tiempo aprendió a ser querida, a confiar, aprendió a tener ilusiones y arriesgarse a sufrir, porque entendió que disimular ser fuerte no servía de nada, entendió que es necesario el dolor para conocer la alegría… y así aprendió a demostrar amor a quien la quería, aprendió a demostrar lo que sentía…
domingo, 22 de mayo de 2011
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