El tiempo pasa tan rápido que no alcanzamos a dimensionar dónde estamos cuando ya nos encontramos mucho más lejos. A veces uno simplemente se deja arrastrar, se deja llevar y avanza sin darse cuenta, sin tomar conciencia de lo que realmente eso significa. Porque lo cierto es que cada paso que das te acerca a nuevos y más difíciles desafíos, desafíos que en general no te sientes preparada para enfrentar, no sabes cómo hacerlo.
Es difícil asumir nuevas responsabilidades, pues te da miedo, te invade un pánico que te hace perder la confianza y la seguridad en ti misma. Crees que no podrás. Pero la verdad es que si llegaste a donde estás es porque seguramente puedes contra ese reto. Desde luego rendirte y autocompadecerte sería más sencillo, pero ya no es opción, ya no puedes enfrentarte a los problemas como antes porque eso no resuelve nada, te deja donde mismo y ahora ya no es tiempo para lamentarte, es tiempo de actuar y de hacerte cargo de ti, de tener claras las cosas que quieres porque ahora dependes solo de ti.
