Podría ser todo fácil, escoger a quien sabes que te dará todo lo que quieres, a quien nunca te hará daño, a quien te asegura que funcionará lo de ambos y que todas tus expectativas se cumplirán. Entonces finalmente si se puede conseguir todo lo soñado. Pero algo faltará en esa aparente historia perfecta, el verdadero amor. Porque el amor no se planea, no es frio, ni calculado. Es enamorarse de otro más allá de si podrá darte tus cuentos de hadas, porque te darás cuenta que podrán crear el propio. Es encantarse de cómo es el otro, con lo bueno y lo malo, sin querer vivir una ficción donde no existan defectos, donde todo puede ser controlado y donde todos los resultados son óptimos en relación a cómo crees que debieran ser y quieres que sean.
Si uno quiere vivir un verdadero amor debe arriesgarse a estar con quien se quiere aunque parezca que no hay posibilidad alguna de que resultará, al menos al intentarlo ya sabrás más de ese sentir que ese alguien que se asegurará, eligiendo lo que no le dará ningún problema. Porque hay que saber que el amor no es perfecto, trae consigo problemas y desamor, y no es necesariamente porque no exista un sentimiento puro que lo impulse detrás, sino porque hay miles de malentendidos o discrepancias que pueden afectarlo. A menudo nos equivocamos y herimos sin intención a quien más cerca tenemos y a quien más queremos…
Amar no es fácil, o sea la mayor parte del tiempo un otro controla lo que sientes, y al mismo tiempo todo lo que tú hagas afectara a ese otro, eso ya lo hace complicado sobre todo porque somos seres muy inestables e impredecibles. Sin embargo, a pesar de lo distinto que somos apostamos por un futuro junto a otra persona tratando de cuidar con la mayor delicadeza un sentimiento tan frágil y fuerte a la vez.
Crear un compromiso de amor es lo más lindo que podemos tener y lo que más felicidad nos puede entregar, pues dos corazones se enlazan para estar juntos, sabiendo que amar es querer llegar a acuerdos, ceder, comprender, creer, tolerar, escuchar, hablar, perdonar, valorar y obviamente sentir.
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