Problemas...

Parece que tengo una habilidad para meterme en problemas o con personas problemáticas… estoy cansada de que los conflictos me persigan, más encima yo no hago nada, solo tengo la pésima suerte de estar en un mal lugar, en un mal momento, ¡siempre estoy al medio!… he optado por hablar y he ganado peleas, he optado por callar y he ganado más peleas. La postura que sea que tome siempre parece estar errada… sin embargo, no me arrepiento de nada de lo que he hecho, aunque haya causado mil guerras y decepciones. Porque cada acción que he tomado está de acuerdo a lo que creo que es correcto, y eso me deja tranquila, pues no he hecho nada con la intención de dañar a alguien.

En esta ocasión, mi opción fue no aventurarme a decir algo de lo que no estaba segura, fue velar por la tranquilidad de unas amigas y no generar conflictos entre ellas y ¿qué pasó? Estuvo mal según una de ellas porque oculté algo. Pero ¿vale la pena crear un conflicto entre un grupo de amigas por un supuesto? Creo que no, porque lo primordial es conservar el grupo unido, no es hacerlas pelear entre ellas por cada comentario que hacen una de la otra, porque es evidente que surgen diversas opiniones sobre todo en situaciones complicadas y en esos momentos, cuando los ánimos no son los mejores uno dice estupideces sin pensar, que no valen la pena ser repetidos. No contar esos comentarios que fueron respondidos en su momento en la ausencia de la nombrada, no es un acto de deslealtad que amerite desconfiar, es simplemente tener una amiga que sabe separar lo relevante de lo que no lo es, y es una amiga que quiere cuidar la amistad de todas. O como en este caso, no es deslealtad callar un suceso del que no se tiene plena certeza y que además fue desmentido por la involucrada.