A veces, nos intimidan los retos porque los vemos imposibles de realizar, es decir, completamente inalcanzables y antes de atrevernos a hacer algo por superarlo, el miedo a fracasar nos inunda, quedándonos estancadas, pretendiendo que todo caiga del cielo y lamentándonos porque eso no ocurre. Lo que se nos olvida, es que gran parte de lo que nos sucede, está bajo nuestro control, en nuestras manos, sólo debemos sentirnos capaces de triunfar, no caer en el error de subestimarnos, ir con la mente de ganador. Y si perdemos de todas formas habremos ganado, porque luchamos por conseguir lo que queríamos, nos atrevimos a ir detrás de nuestros sueños, cosa que es sumamente difícil para muchas personas, porque no siempre se pisa en tierra firme, no hay garantía o certeza de nada. Pero eso, lo hace más adrenalínico, entretenido e interesante. Si fuera todo tan fácil aburriría a los segundos. Hay que arriesgarse en la vida, sobre todo cuando nada se puede perder y sólo se puede lograr un triunfo, el cuál nos hará sentirnos completamente realizadas, porque será un logro para nosotras mismas.
**Si quieres algo, sal a buscarlo y cuando lo encuentres, lucha por éste. Inténtalo, nada se pierde… **
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