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martes, 18 de enero de 2011

Dueñas de casa


Según un estudio del 2007 realizado por la Escuela de Psicología de la Universidad Adolfo Ibáñez, el trabajo más estresante es ser dueña de casa, y estás a la vez son quienes más asisten a programas de depresión que brinda la salud pública.

¿Cuáles serán los motivos para que sientan que la vida las supera?

Hay distintos tipos de dueña de casa, pero de las que me interesa hablar es de aquellas mujeres que sacrificaron su vida profesional para dedicarse y desgastarse en la mantención de la casa y en el cuidado de sus hijos.

Las dueñas de casa tienen la carga de que su trabajo al no ser remunerado nunca es valorado, sin embargo es el único rol que no descansa, no tienen vacaciones ni licencias y el estrés es una condición permanente. El estudio antes mencionado atribuye esa condición a que ellas viven en función de situaciones que no pueden controlar, esto se refiere a que no controlan el ingreso que entra al hogar y aún así se deben de encargar de la economía domestica, tratando de ahorrar para poder comprar todo lo necesario para la familia.

Pero no solo el estrés forma parte de las dueñas de casa, sino también la frustración por no ser reconocidas en lo que hacen y no poder hacer lo que solían hacer, dejando de lado su título y los beneficios de ser independiente, como administrar a su antojo su dinero, sin necesidad de pedir o disponer del de otros, y olvidarse del tiempo propio para dedicarlo a los miembros del hogar.

Hoy en día las mujeres quieren demostrarse a si mismas que son capaces de enfrentar la vida solas, que valen, que pueden salir adelante por sus propios medios, sin la ayuda de nadie. Pero todo ese ímpetu a veces se vuelca en el momento de tener que optar por el rol de madre, que es entendido como de dueña de casa también. No todas las mujeres son capaces de postergar su vida por cumplir el rol a tiempo completo de dueña de casa, esposa y madre. Algunas son juzgadas por dejar a sus hijos al cuidado de otros, diciendo que al final quienes los crían son esos otros, pero ¿qué otras opciones tienen? No se puede obligar a todas asumir un costo tan grande como postergar su vida…

La frustración y el desencanto e insatisfacción con la vida, solo llevan a la infelicidad, pues es lógico que las dueñas de casa se sientan mal pensando en que se estudió bastante y se tienen muchas capacidades para terminar barriendo el piso o lavando. Como remedio para esto se les recomienda buscar espacios para que se sientan realizadas haciendo actividades que les gusten y disfruten, que salgan, que compartan con amigas. Es esencial tener tiempo para sí mismas sin sentir culpas…Sin embargo no todas pueden acceder a todo eso por dinero o por tiempo, ya que las cosas en la casa suelen paralizarse si ella no está y más encima son criticadas por perder el tiempo y no cuidar a los hijos.

Presa entre cuatro paredes, atrapada en la rutina, cansada de ser clave para el funcionamiento de las cosas sin poder tomar un merecido respiro. Pero la verdad es que no debieran ser imprescindibles en la casa y tampoco en el deber de cuidar a los hijos, pues todo debiera ser compartido... no formaron una familia solas, sus hijos también tienen un padre, sin embargo en la mayoría de los casos el hombre solo se dedica a trabajar y deja en la madre el deber de cuidar, enseñar, educar y orientar.

Hay una línea delgada que separa ser dueña de casa y convertirse en empleada de los hijos y esposo. Día a día se pasan ordenando la casa, preocupadas de que no falte nada, atendiendo, cocinando, limpiando, lavando, planchando y así siempre igual… sacrificando tiempo para una, de hacer lo que se les antoje para cuidar algo sin vida… y para atender a su familia.

Si bien las dueñas de casa no cumplen un horario, no tienen un jefe y no tienen que trasladarse hasta su trabajo tienen que hacer mucho, porque si no lo hacen ellas nadie lo hará, más encima tienen que mendigar plata, depender de un hombre y dar explicaciones. Dada esta vida se comienzan a convertir en mujeres descuidadas, se despreocupan de sí mismas, pues no tiene caso arreglarse para estar en la casa y además no hay tiempo para eso… eso a su vez genera que vayan perdiendo su atractivo no solo físico sino también sicológico, ya que se vuelven aburridas, pues sus preocupaciones se traducen en cosas del hogar o hijos, lo que podría desencadenar un problema más grande, como una infidelidad por parte de su esposo.

Trabajar asegura independencia económica, tener más mundo, un mundo propio, más contacto con gente, más libertad. Te hace sentir más realizada, más útil pues ahí se reconocen tus logros, desempeño y habilidad. Además te hace lucir más interesante y tu esposo se siente más orgulloso de ti. No debiera ser así, pero así es ya que si elegiste ser dueña de casa fue también por él, pero ya sabemos que nadie valora eso…

Ahora hay que pensar dos veces antes de afirmar que todas las dueñas de casa son cómodas y prefieren que las mantengan porque no se atreven a enfrentar el mundo por si mismas… no es tan así, hay un desgaste emocional que lo acompaña y un sacrificio a toda una vida…

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